Chopin.

28 agosto 2015

MAMÁ


Una mamá es aquella que con la caricia tierna de su mano cansada y el conjuro bendito ese que tiene el poder más grande del mundo, el sana, sana potito de rana...todo cambia de color y el dolor desaparece, la tristeza se disuelve, la nostalgia se esfuma y la alegría toma su lugar.
 La que es capaz de transformar la oscuridad en luz, la noche en día el llanto en risa.  
Esa con su mano ajada que a pesar de los años sigue tan tersa y cálida, que posee el dulce encanto de hacer desaparecer el miedo, de convertir agua y dos papas en la más exquisita sopa o un simple huevo en auténtico caviar.
La que tiene la magia de transformar trapos en trajes de novia, cortinas viejas en hermosas cubrecamas y noches frías en gratificantes sueños.
Esa que con su discurso permanente fastidia como chicharra, sermonea sin condición, se complace en torturar bañando (para Rodri) y sonando narices , la que "joroba"por el pololo y por los tragos de anoche que no la dejaron "pegar los ojos"; la que se convierte en acusadora, en conciencia y que no da tregua ni en vacaciones, y después de todo eso empieza a ensayar cantos de cuna para malcriar nietos y justificarlos.
Esa voz que llora en cada bienvenida y anega en cada despedida, es la voz más irritable, pero más dulce del universo.
Esa figura, cansada de cargar años, dar bendiciones, no dosifica comida, ruido, ni consejos, es capaz de enfrentar el mundo por sus hijos.
No le importa el frío si puede dar calor. Llena su hambre viendo comer, descansa arrullando, hace suya la derrota, disfruta a escondidas y sin alarde la victoria, pone el pecho sin importarle las balas y se asoma por entre las horas esperando a quien no va a llegar con resignación, sin acusar al tiempo.
Es la madre... que no tiene envidia, no es petulante, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no goza de la injusticia, goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta... es el amor que nunca deja de ser... es el amor de madre, es decir... es el amor en toda su expresión.

27 agosto 2015




En un lugar u otro, dentro de mí, con los ojos vendados, palabras silenciosas, boca misteriosa, el brillo del iris penetra en el silencio de la memoria. 

Voy a sembrar con mil besos todo el camino florecido. 

Díctame todos tus sueños y los realizaré en un solo instante. 

Compartamos todo el destello que aparece en cada sonrisa de los rostros valientes y decididos.







A los que ya no están con nosotros los llevamos en nuestro corazón, rincón donde duerme lo eterno, ahí donde residen nuestros bienes más preciados.
Asumir la pérdida de una persona, su muerte, es algo que no es fácil para nadie y que, además, va a obligarnos a tener que desplegar una serie de estrategias para las cuales nadie nos ha preparado.
Debemos aprender a decir adiós. ¿Y cómo decir adiós a quien hace un momento estaba a nuestro lado? La muerte no entiende de razones ni aún menos de tiempos.
En ocasiones, se lleva a personas que aún no habían cumplido su “cuota de vida” (es lo que pensamos), personas jóvenes que aún tenían cientos de experiencias por las que transitar y que, sin embargo, se han ido de nuestro lado dejándonos su vacío.
La muerte debería permitirnos una despedida. Tendría que ser como una estación de un tren, ahí donde ofrecer un adiós a nuestros seres queridos, dar un abrazo largo e intenso, decir esas palabras que siempre se quedan en el aire y que, en ocasiones, se convierten en auténticos pesares.
Ahora bien, puesto que es así como la vida construye su camino, tenemos que adaptarnos a ella y entender en primer lugar, que no somos eternos, que todo lo que nos rodea no es más que un breve paseo. De ahí la necesidad de vivir cada día en la máxima plenitud.
Debemos conseguir que la noche nos arrope sin tener cuentas pendientes, sin que se nos haya olvidado un “te quiero”, sin que el enojo nos obligue a descansar en la almohada con rencor.
Aprovechemos cada instante con los nuestros al máximo, promovamos la felicidad en cada uno de nuestros alientos cotidianos.
¿Qué pautas deberíamos seguir para afrontar la pérdida de un ser querido?
 Vivir el duelo, proceso emocional que sigue a cualquier tipo de pérdida, ya sea la muerte de un ser querido  o una separación de pareja.
Es vital que tengamos en cuenta el hecho de que para afrontar una pérdida es necesario gestionar múltiples emociones. Si decidimos “sumirnos” al instante en la normalidad de nuestras rutinas, sin reconocer el dolor, podemos acabar sufriendo algún problema el día de mañana.
Y es así como nos veremos enfrentados a diferentes fases durante el duelo:
1.- La negación  ¿Cómo asumir que ya no voy a ver más a mi madre, a mi hermana, a esa amiga del alma? ¿Cómo aceptar que mi pareja ya no está?. Esta primera fase se basa en el impacto emocional de la pérdida, la cual no terminamos de creer. Es muy complicado.
2.- El enojo, ira o incluso indiferencia, debemos tener en cuenta que no todos reaccionamos igual. Hay quien estará indignado y lleno de rabia, enojado consigo mismo, con los demás y con la Providencia. Sin embargo, hay quien calla, quien es incapaz de llorar o evita “hablar de ello”. 
3.- La negociación. Aquí vamos asumiendo determinadas cosas,  ese accidente, esa enfermedad, en fin … ha ocurrido y de nada   vale enojarnos con el mundo. Ahora, ya aceptamos hablar con otras personas, vemos cómo pasan los día y, efectivamente, esa persona ya no está junto a nosotros.
4.- El dolor.  Aquí aparece el dolor en toda su crudeza y, como tal, hay que expresarlo, vivirlo, llorar y desahogar cuanto necesitemos. No permitamos que nadie nos diga eso de “no llores”, porque es necesario y las emociones debemos canalizarlas.
5.- La aceptación. Asumimos la pérdida y el vacío, la aceptación llega. y, aunque sabemos que la vida ya nunca será igual, esta debe seguir con su ciclo y nosotros continuaremos nuestro camino sin olvidar. Porque nuestros seres queridos siguen estando en nuestra memoria, y, sin lugar a dudas, se alegrarían al saber que abrimos de nuevo los ojos al mundo y nos permitimos la oportunidad de ser felices.
Sin embargo si el proceso de duelo se alarga ya más de 6 meses, y seguimos dominadas por un estado de tristeza en el cual, hemos perdido nuestra autonomía en el día a día, deberemos pedir ayuda profesional. Es importante.
El día a día, así como las rutinas, la familia y los amigos, llegan a ser el mejor apoyo.
La vida es un viaje donde cada momento cuenta. Lo vivido en el pasado marca lo que somos ahora, y esa persona fue una pieza más de nuestra esencia vital.


24 agosto 2015



Con la complicidad inconfesable de mis actos,  de mis absurdos e irracionales actos, a pesar del raudo paso del tiempo, a pesar de tus agridulces llamados…
¡Te amé!









10 agosto 2015

¿Qué se siente al ser vieja?



El otro día, una persona joven me preguntó: 
¿Qué sentía al ser vieja?
Me sorprendió mucho la pregunta, ya que no me consideraba vieja. Cuando vio mi reacción, inmediatamente se apenó, pero le expliqué que era una pregunta interesante. Y después de reflexionar, concluí que hacerse viejo es un regalo.
A veces me sorprendo de la persona que vive en mi espejo. Pero no me preocupo por esas cosas mucho tiempo. Yo no cambiaría todo lo que tengo por unas canas menos y un estomago plano. No me regaño por no hacer la cama, o por comer algunas "cositas" de más. Estoy en mi derecho de ser un poco desordenada, ser extravagante y pasar horas contemplando mis flores.
He visto algunos queridos amigos irse de este mundo, antes de haber disfrutado la libertad que viene con hacerse viejo.
-¿A quién le interesa si elijo leer o jugar en la computadora hasta las 4 de la mañana y después dormir hasta quien sabe qué hora?-
Bailaré conmigo al ritmo de los 50's y 60's. Y si después deseo llorar por algún amor perdido... ¡Lo haré!
Caminaré por la playa con un traje de baño que se estira sobre el cuerpo regordete y haré un clavado en las olas dejándome ir, a pesar de las miradas de compasión de las que usan bikini. Ellas también se harán viejas, si tienen suerte...
Es verdad que a través de los años mi corazón ha sufrido por la pérdida de un ser querido, por el dolor de un niño, o por ver morir una mascota. Pero es el sufrimiento lo que nos da fuerza y nos hace crecer. 
Un corazón que no se ha roto, es estéril y nunca sabrá de la felicidad de ser imperfecto. 
Me siento orgullosa por haber vivido lo suficiente como para que mis cabellos se vuelvan grises y por conservar la sonrisa de mi juventud, antes de que aparezcan los surcos profundos en mi cara.
Ahora bien, para responder la pregunta con sinceridad, puedo decir:
¡Me gusta ser vieja, porque la vejez me hace más sabia, más libre!-.
Sé que no voy a vivir para siempre, pero mientras esté aquí, voy a vivir según mis propias leyes, las de mi corazón. 
No pienso lamentarme por lo que no fue, ni preocuparme por lo que será. 
El tiempo que quede, simplemente amaré la vida como lo hice hasta hoy, el resto se lo dejo a Dios.

 (Texto anónimo)

07 agosto 2015

HONRAR LA VIDA




No
Permanecer y transcurrir
no es es perdurar, no es existir,
ni honrar la vida!
Hay tantas maneras de no ser
tanta conciencia sin saber,
adormecida...
Merecer la vida, no es callar y consentir
tantas injusticias repetidas...
Es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad
más difinida!
Eso de durar y transcurrir
no nos dá derecho a presumir,
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!

No
Permanecer y transcurrir
no siempre quiere sugerir
honrar la vida!
Hay tanta pequeña vanidad
en nuestra tonta humanidad
enceguecida.
Merecer la vida es erguirse vertical
más allá del mal, de las caídas...
Es igual que darle a la verdad
y a nuestra propia libertad
la bienvenida!
Eso de durar y transcurrir
no nos da derecho a presumir
porque no es lo mismo que vivir
honrar la vida!
MERCEDES SOSA

06 agosto 2015




Amar conscientemente es una de las experiencias más maravillosas que podamos imaginar, porque sin conciencia, el amor queda reducido a un acto animal que agota, mientras que vivido con conciencia, desde el corazón es fuente de felicidad y energía. 
Podemos vivir la vida desde distintos niveles de conciencia. Cuanto más profundo es el nivel de conciencia en el cual vivamos, más profunda y gratificante será nuestra vida. 
Amar no es desear, atraer o sufrir, amar es expandir nuestra propia conciencia. Amar es estar por encima de la dualidad, del temor y del miedo. 
Se puede hacer lo que se quiere (o lo que se cree que se quiere) sin amor; pero entonces se está reaccionando y el verdadero amor, el amor consciente, no es reacción, sino continua creación. 
El amor es lo que nos proporciona la alegría de vivir, y ello por una razón muy sencilla, a saber: la vida es expansión de la conciencia. 
Cuando amamos estamos transmitiendo aquello que todo el mundo está consciente o inconscientemente, buscando; por ello mismo cuando amamos se nos abren las puertas de los milagros. 
Todos podemos vivir una vida amorosa más rica y plena si aprendemos a amar con más conciencia. No se trata de llegar a una meta determinada, sino de crecer, de crecer por dentro, irradiando aquello que está en el interior de todos los hombres, el amor. 
El amor es el sentimiento de unidad y conciencia que está dentro de nosotros. 
Cuando amamos a alguien estamos en contacto con el amor universal y lo irradiamos a nuestro alrededor.

Queda Prohibido

 
¿Qué es lo verdaderamente importante?,
busco en mi interior la respuesta,
y me es tan difícil de encontrar.
Falsas ideas invaden mi mente,
acostumbrada a enmascarar lo que no entiende,
aturdida en un mundo de irreales ilusiones,
donde la vanidad, el miedo, la riqueza,
la violencia, el odio, la indiferencia,
se convierten en adorados héroes,
¡no me extraña que exista tanta confusión,
tanta lejanía de todo, tanta desilusión!.
Me preguntas cómo se puede ser feliz,
cómo entre tanta mentira puede uno convivir,
cada cual es quien se tiene que responder,
aunque para mí, aquí, ahora y para siempre:
Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez.
Queda prohibido no sonreír a los problemas,
no luchar por lo que quiero,
abandonarlo todo por tener miedo,
no convertir en realidad mis sueños.
Queda prohibido no demostrarte mi amor,
hacer que pagues mis dudas y mi mal humor,
inventarme cosas que nunca ocurrieron,
recordarte sólo cuando no te tengo.
Queda prohibido dejar a mis amigos,
no intentar comprender lo que vivimos,
llamarles sólo cuando los necesito,
no ver que también nosotros somos distintos.
Queda prohibido no ser yo ante la gente,
fingir ante las personas que no me importan,
hacerme el gracioso con tal de que me recuerden,
olvidar a todos aquellos que me quieren.
Queda prohibido no hacer las cosas por mí mismo,
no creer en mi dios y hallar mi destino,
tener miedo a la vida y a sus castigos,
no vivir cada día como si fuera un último suspiro.
Queda prohibido echarte de menos sin alegrarme,
odiar los momentos que me hicieron quererte,
todo porque nuestros caminos han dejado de abrazarse,
olvidar nuestro pasado y pagarlo con nuestro presente.
Queda prohibido no intentar comprender a las personas,
pensar que sus vidas valen más que la mía,
no saber que cada uno tiene su camino y su dicha,
sentir que con su falta el mundo se termina.
Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, también nos lo quita.


Alfredo Cuervo Barrero – verdadero autor del poema Queda Prohibido

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...