Chopin.

05 noviembre 2014


 Desnuda, débil, ansiosa arrimo mi cuerpo al bosquejo de tu imagen.

Con la fantasía diluida en la piel contemplas silencioso la cercanía, el calor sudado que expelen mis poros.

Lentamente, abro mi boca, un volcán consume, seca esta ansiedad y suplico más.

Más de esta angustia derrochadora, más de este puñado apocalíptico, más de este misterio.

Una fugaz eternidad me humedece  y condensada busco en la aurora un apellido para este sueño.

Sutil, desnuda, débil, semi plena, semi complacida,   contemplo mis dilatadas pupilas frente al espejo que silencioso no dice nada.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...