Chopin.

18 julio 2014








Podría quererte eternamente en la mudez de mi calma y acariciarte pausadamente con la mirada,esperando que tras la sorpresa de tus ojos pueda ver el fuego contenido en tu garganta. Inmóvil en apariencia pero inquieta en el ardor interno que respira tu presencia, no sé si me acerco, no sé si te acercas todo sucede tan despacio  que la noche nos ampara en su paciencia. Hecha sólo piel con suspiros que no caben en mi  pecho observado tras pensamientos  palpitantes, errantes delatados en la inflexión de las palabras.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...