Chopin.

02 junio 2014

Trasnochaste mis sueños enredando tus miradas ocres bajo la almohada.

Me acostumbraste a desempolvar  las grietas del alma  con tu lluvia azul,  estremecida de viento,  revestida de tu cuerpo,  fluyendo entre besos  y bailando el deseo  entre tus dedos.
No hubo amaneceres, solo lunas cantando tu luz,  iluminando el vaivén  de las olas  en nuestra piel.
Me atrapaste en una estrella  y ahora titilo  abrazada a la senda  que dejaste olvidada en la clara noche  del amor.


Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...