Chopin.

04 marzo 2014


Te fundes suavemente en el templo de mi cuerpo, arrullando de caricias mi espalda, elevándome entre vuelos al universo delirio del placer. 
Y te instalas en mi alma, deslizando tu húmedo aliento entre los poros de mi piel y te acurrucas en silencio en la almohada de mi pecho. 
Cuerpo a cuerpo, destapando nuestros latidos, en medio del fuego perdiéndonos lentamente, en el paisaje del amanecer.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...