Chopin.

21 marzo 2014

Me sonries tras la inquietud que asoma cuando tu cuerpo no quiere renunciar al mio, te encadeno a la noche para no perderte en la prisa por tenerme con placer consumado. Te atas a la perfecta medida de mis caderas, al relieve turgente y codiciado de mis pechos y te inquietas con la seducción de mi sonrisa que te incita a querer sin poder negarte. Y así ser tuya y tu desatado para mi bajo la lluvia que adoro, el desliz por mis formas en cada breve roce que sueña la eternidad al acariciarme, traspasando la oscuridad que amenaza extraviarnos. Sólo ven y encuentra entre mis brazos un momento para olvidar las sombras que opacan tu armonía, muéstrame lo que guarda el despertar de tu mañana y mírate en mis ojos en un instante sin final.








Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...