Chopin.

20 febrero 2014

La espesura de la noche esconde entre su negro manto sueños que atraen con indefinidas formas y siluetas difuminadas, es el encanto de lo prohibido, la tentación latente del éxtasis desplegado cuando se posa sobre nuestros cuerpos. El sentir excitado trazado en el desliz piel sobre piel que nos eriza al primer leve contacto y nos lleva a descubrir más allá la magia dulce en caricias vestidas de erotismo que por el aire llegan. Caricias destinadas con suave encanto a cada poro que suspira infranqueable a otras manos y que en nosotros caen como seda buscando apagar y avivar al mismo tiempo la sed que emana de nuestros anhelos y se convierte en el objeto de nuestro deseo.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...