Chopin.

29 agosto 2013

Crecer

Crecemos cuando no hay vacío de esperanza, ni debilitamiento de voluntad, ni pérdida de fe. Cuando aceptamos la realidad y tenemos aplomo de vivirla. Cuando aceptamos su destino, pero tenemos la voluntad de trabajar para cambiarlo. Uno crece asimilando lo que deja detrás, construyendo lo que tiene por delante y proyectando lo que puede ser el porvenir. Uno crece cuando se supera, se valora, y sabe dar frutos. Uno crece cuando abre camino dejando huellas, asimila, experiencias... Uno crece cuando se impone metas, sin importarle comentarios, ni prejuicios, cuando da ejemplos sin importarle burlas, ni desdenes, cuando cumple con su labor, sin importarle los otros pareceres. Uno crece cuando se es fuerte por carácter, sostenido por formación, ¡sensible por temperamento...! ¡Y humano por nacimiento!. Uno crece cuando enfrenta el invierno aunque pierda las hojas., recoge flores aunque tengan espinas y marca camino aunque se levante el polvo. ¡Uno crece cuando es capaz de afianzarse con residuos de ilusiones, capaz de perfumarse, con residuos de flores...! ¡Y de encenderse con residuos de amor...! Uno crece ayudando a sus semejantes, conociéndose a sí mismo y dándole a la vida más de lo que recibe. Uno crece cuando se planta para no retroceder... ¡Cuando se defiende como águila para no dejar de volar...! ¡Cuándo se clava como ancla y se ilumina como estrella! Entonces... ¡UNO CRECE!

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...