Chopin.

12 julio 2013

Carlos...




         
       

Padre mío, tu silencio me confunde, me aturde. Te pido una palabra que tienda a mi alma el saber. La palabra de oro que despierte y encienda mis pensamientos, que aleje el misterio.  Necesito sentirlas, aquellas que divulgan la verdad, los sentimientos. Esas que reclaman, que agradecen, palabras que marcan y desarman el alma, o tan solo las que pintan una sonrisa a la vida, que confunden o ahuyentan las heridas. Deseo oírte, padre, en la melodía de tus palabras que cargan, pesan, arrastran una historia, un recuerdo Si!!! son las que abarcan y me cubren con su manto protector. Todas esas, padre, bordadas y cantadas con sinceridad, amor y dedicación. Tienen poder, valor, consideración porque nacen del alma y permanecen siendo inolvidables.  
Un recuerdo especial padre mío…

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...