Chopin.

15 julio 2013

Aurora...



Eras montaña madre, paisaje amigo; eras como árboles florecidos; como sombra fresca y olor a flores de siempre; como rumores entre las ramas extendidas; como el sol que se asoma entre las ramas filtrándose y dibujando caminos en el piso fértil…tu, tu eras el camino. Eras campo sin límite sabana de sol; eras como el recuerdo de todas las navidades; como canciones de niño, viejas y amadas; como los jardines de las casas donde vivimos, con tus flores consentidas y una ventana para ver la luz al abrigo de tu sombra y una ventana para transitar en la sombra desde tu luz… tu, tu eras la luz. Eras verdad sin compromisos, palabra sincera, eras como un cuadro de pinceladas fuertes, sobre matices suaves; como frases esperadas, voluntad presentida; como impulsos vitales para el alma cansada, fuerte sobre un fondo dulce. Sabia consejera, norte firme, misionera… tu, tu eras la esperanza. Hoy vuelvo a sentir el frío de su ausencia y la lloro escondida, fragmento de un algo que se ha roto una vez más. Después de todo, nos iremos todos, gota a gota haremos río y tú, cauce que eras y serás, verás crecer magnolias nuevas en tu orilla.

Los de arriba del muro

Sin lugar a dudas, “La Divina Comedia”, de Dante Alighieri, es una obra literaria que debe ser releída una y otra vez a lo largo de nuest...